domingo, 29 de noviembre de 2009

Mar y fe = Flor.

Poema para contar a los nuevos amigos una vieja historia.

Mar y fe = Flor


Melenuda y salvaje entra a la casa,
en sus pasos felinos se disuelven las penas,
habla con el aire, casi ni me mira.
Sabe que estos ojos son convencedores.

Su figura es la misma, su rostro, sus labios.
Pero dentro de su pecho gigante,
hace falta un encantador brillo

Valiente y coqueta hoy día ha nacido
y a mi, en el suelo, me ha dejado poeta.

Que sueña con sus finos dedos largos,
que siente su aroma en las calles,
que vuelve los ojos buscándola
y, a veces, entre sombras la encuentra.

Es un bello atardecer en la pradera,
una madrugada contagiante de verano,
un taxi seguro  volviendo a casa;
la sonrisa de la noche, el amor oculto.

28 días tarda en nacer la luna nueva,
al día siguiente brilla desquiciada,
28 encierra 4 veces siete
cuatro veces sabe ella, más de este mundo.

Entre sus maestros, no existieron cualquieras
escogió la vida a un hombre taciturno,
que descubridor por la tierra vagaba,
que soñador, entre sus dulces brazos, SOÑABA.

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